lunes, 31 de marzo de 2008

derecho derecho

que la computadora que me dieron para trabajar sea una tremenda catramina me lastima, me ofende en lo más profundo, hiere mi dignidad laboral. y mientras odio por dentro me pregunto: ¿no habrán llegado demasiado lejos las pretensiones de los trabajadores?, y me la banco por no ser patroncita.
(...y veo si la simpatía funciona con la gente de sistemas).